jueves, 12 de noviembre de 2015

Nº 17- REPARACIÓN. EL ARTE DE TAKESHI SHIRATO.

Cuando escribí la parte final de ¡Mazinger! ¡planeador abajo!, -La animación de un robot milagroso, dedicada a los diferentes equipos de animación de Mazinger Z- lo hice con las enormes ganas de quién por fin va a publicar sobre una de las claves de la serie: la multiplicidad de estilos de su animación y dibujo. Me movía también el hecho de hacer un modesto homenaje a los animadores que trabajaron para TOEI, dando color y vida a las aventuras del coloso mecánico.

Visto en perspectiva el resultado, creo que se cumplió con esas dos motivaciones principales, aunque tengo que confesar que hoy lo haría de otra manera, más gráfica y al estilo de un Art Book, más llena de grandes imágenes clave, y menos fotogramas y textos.

Otra de las cosas que cambiaría sería la clasificación que excluyó a un animador muy especial, de la lista que, arbitrariamente, denominé "los cinco grandes"(K. nakamura, K. Morishita, T. Asakura, E. Uemura y T. Wakabayashi). No sé bien qué consideraciones o apariencias me hicieron no incluir a Takeshi Shirato en la lista de los directores de animación imprescindibles de la serie, dejando sus aportaciones a ella en un segundo plano, algo menos destacado que los demás, y fuera de ese quinteto.
Si observamos sus episodios en conjunto, puede que en algún sentido, como el diseño de algún personaje que otro, nos parezca algo menor en la calidad del dibujo o la animación...puede que despiste su afición a la caricatura, su caracterización de un personaje principal como Sayaka Yumi como una menuda figura casi caricaturesca, o lo estático de algunas escenas... pero Shirato se merece que ese grupo se amplíe a uno más, puesto que, observada detenidamente, su obra merece un gran respeto. Revisando desde hace algún tiempo sus episodios, coincidentes con grandes momentos de la serie, me he enamoriscado del estilo de este gran animador, que le puso enormes ganas, voluntad de espectacularidad y realismo a sus escenas, lo lograra o no, lo consiguiera más o menos...

Sirva este repaso por su trabajo y su estilo como una reparación a mi injusta clasificación inicial.



 VIDA ARTÍSTICA DE TAKESHI SHIRATO

El sr. Shirato pertenece a ese grupo de animadores que empezó su andadura profesional en esa edad de oro del desarrollo de la animación japonesa, sobre todo para televisión, allá por el fin de la década de los años sesenta y a lo largo de los años setenta y los primeros ochenta del pasado siglo, principalmente.  Por ello, tiene toda una época en común con los grandes nombres que desarrollaron su trabajo en esa era tan especial, sobre todo para la televisión; con los directores, guionistas, dibujantes y animadores de tantas series que hoy consideramos clásicas. De vez en cuando, firma sus trabajos como Takeshi Shirado, nombre artístico basado en el suyo propio.
Su primer trabajo destacable, lo hace como animador en la serie Tiger Mask / El hombre Tigre (Taigâ Masuku 1969-71), donde aprende a dibujar  las figuras humanas y su movimiento, con verdadera voluntad de realismo y detalle. La serie relata las aventuras de un feroz luchador en el ring, La máscara del Tigre, que quiere ser un héroe del bien, enfrentándose a la organización a la que pertenecía, La Cueva del Tigre.
Tomoharu Katsumata
La importancia de esta serie en su trayectoria, aparte de ser su primera oportunidad y de prefigurar en el tema de otra de la que sería director años después, vino por el hecho de darle la ocasión de conocer al director por excelencia en muchas de las importantes series de este periodo, Tomoharu Katsumata, que poco después fue director de Mazinger Z... Así como el conocer a Dezaki y Araki marcó la trayectoria y el estilo de Kazuo Nakamura, este encuentro de Shirato con Katsumata, que también empezaba su carrera como director, siéndolo de episodios aislados de esta serie del luchador con cabeza felina, iba a marcar el camino de ambos e iba a abrirle a Shirato mucho trabajo al lado de Go Nagai.
Dororon Enma-kun
El resultado de este encuentro llega en  1972, cuando se le asignan varios episodios de Mazinger Z, pero de eso ya me ocuparé luego más detalladamente. 
Después de contar con sus aportaciones en varias escenas de Majinga Z tai Deviruman (Mazinger Z contra Devilman) en 1973, Nagai le llama para intervenir en un episodio de la serie Dororon Enma-kun, una serie cómica de terror, que no es muy conocida fuera de Japón, y en dos de Cutey Honey (Kyûtei Hanî) llena de golpes de violencia y erotismo, pero sobre todo de humor picante. En ambas pudo Shirato ejercitarse en su gusto por la caricatura al servicio de la comicidad. 

Tras estas colaboraciones. continuó al lado de Nagai en sus  series robóticas durante 1974 y 1975, siéndole asignados episodios en Gran Mazinger (Gurêto Majingâ) y Grendizer (Ufô Robo Gurendaizâ), se encuentra con una serie que sería muy importante en su carrera, por la que se le recuerda en su país, aquella que relata la historia de una nave, basada en otra del mismo nombre,  que existió realmente en el Japón de la segunda guerra mundial, un mítico acorazado que pasó a la historia bélica del país, el Yamato.  Space Battleship Yamato (宇宙戦艦ヤマト Uchū Senkan Yamato 1974-75) relata en sus dos temporadas  iniciales las peripecias de los tripulantes de la nave, en un futuro fechado en 2199, dentro de una historia de corte apocalíptico, ambientada en un planeta Tierra devastado por la contaminación, con aventuras en el espacio que relatan la búsqueda de la salvación del planeta. La serie se exportó a paises anglosajones y a Grecia e Italia. Entre las dos temporadas y la película de Yamato, Nagai lo involucra de nuevo en otra serie robótica conocida: Gaiking (1976), cuya disputa por la paternidad de la idea original, y sus royalties posteriores, enfrentó a Nagai con TOEI.
Yamato marcaría además a Shirato, pues en diez años se le reclamaría para una serie parecida. Y no solo eso, puesto que su arte se ha acabado relacionando con este tipo de narrativa fantástica de grandes naves y aventuras espaciales, hasta el último trabajo realizado.







Y así entró nuestro protagonista en los años 80, con nuevas revisiones y continuaciones de Yamato, aunque en 1981 lo compatibilizó con la tareas de director de episodios y director de animación de algo muy distinto, una serie shojo ambientada en Viena en 1907, con princesa incluida, huyendo contínuamente de sus pretendientes alrededor del mundo y con unos trazos de dibujo y guión humorístico-mágico, muy alejados de la odisea espacial o robótica : Las aventuras de Honey Honey ( Honey Honey no suteko na-bôkin, 1981).




En 1984 llega Muscleman (Kinnikuman), una serie que narra las aventuras de un luchador enmascarado que recuerda en el tema a su debut en Tiger Mask, pero solo en el tema, ya que el trazo y el tratamiento es muy diferente: la serie es humorística y fue dibujada en estilo caricaturesco, aunque con algún rasgo realista reconocible. Se ha dicho que la serie parodia a Ultraman. Cuenta la historia de un estrafalario héroe, al que su padre confundió con un cerdo y lo arrojó del planeta Músculo. Come estofado de carne y saca parte de su fuerza de sus ventosidades, mientras se enfrenta a una pléyade de no menos estrafalarios contrincantes. La serie tuvo éxito fuera de Japón, dando lugar a más de un mediometraje y en España pudimos verla en las televisiones autonómicas catalana y valenciana.






En l985 llegó la segunda serie con otra carismática nave espacial en forma de barco, Odin-Koshi Hansen Starlight, ambientada esta vez en 2099, en un momento en que se está produciendo la colonización espacial. Un galeón blanco con velas que usan haces de luz láser, cruza el universo...


Tras un par de series y una película en la que Shirato se atreve con el guión, entramos en los años 90, en que las colaboraciones de Shirato ya empiezan a ser escasas. En Rupan Sansei : Kutabare! Nostradamus, trabaja en la conocida saga de Lupin como director de animación. Su nombre y obra, asociada a las epopeyas espaciales Yamato y Odin, lleva a que se piense en él para su último trabajo realizado, la serie Faiyâsutomû (2003), de nuevo centrada en aventuras espaciales, aunque con un toque más contemporáneo y "realista", algo alejado, pero no del todo, de la desbordante imaginación de las series del tema de los años 80, que por algo habíamos ya cambiado de siglo...



TAKESHI SHIRATO EN MAZINGER Z

Junto a muchos de los mejores animadores de la época, Shirato es incluído en 1972 en la nómina de artistas que llevarían la idea de Nagai a la pequeña pantalla. se le asignan seis episodios de los cuáles, al menos la mitad, dibujan momentos clave de la serie. Son los siguientes:

28-Orden tenebrosa: operación para obtener superaleación Z (no visto en España TVE- 1978)
34-Relámpago rojo: Mazinger vuela  (Batalla en el cielo iluminado por los relámpagos en  TVE-1978)
40-El Conde Brocken, señor del mal (El diabólico comandante Conde Brocken en TVE- 1978) 
46-Aparecen las bestias mecánicas ninja (¿Dónde está la bomba de cobalto? en TVE-1978)
74-¡Heróico! El fin de Afrodita A (no visto en España en TVE- 1978)
79-¡Mazinger, falta un segundo para la explosión! (no visto en España en TVE-1978)


 En la progresión de los episodios asignados, podemos distinguir etapas habituales ya descritas en este blog o en mi libro: unos primeros episodios de ensayo, en los que el dibujante/dtor. de animación, busca hacerse con los personajes, la historia y el estilo de la serie, con alguna falta aquí y allá, fase primaria en la que, lógicamente, se incluyen sus primeras obras: el episodio 28 y el 34; la fase de logro de un estilo y una soltura propias, donde las técnicas y estilo aplicados se desarrollan con fluidez y brillantez, llegando a sus episodios-cumbre, sobre todo el 40 y-en otros aspectos- el 46, y la fase de declive, situada muchos episodios después, en el encargo tardío de los episodios 74 y 79, en la prolongación de la serie que suelo llamar 'tercera parte'.

Las señas del estilo Shirato 


Las marcas de estilo del animador y director de animación se mueven en torno a dos polos: Shirato se debate contínuamente entre el realismo y la caricatura en el diseño de su versión de los personajes y escenas, si bien es la voluntad de realismo la que se lleva la palma al final.


Shirato dibuja bien la figura humana, aunque en ese estilo de la animación de los setenta que podríamos definir como esquemático. Hay, sin embargo suficientes detalles en los primeros planos, en la construcción de escenas, en los trazos, detalles y sombreados, como para que podamos distinguir la calidad de quién nos ocupa como dibujante y animador. Ese debate principal define muchos de los rasgos más observables que podemos encontrar en sus episodios. Lo mejor es ir por partes:


De la voluntad de realismo a  las caricaturas.

La primera escena  animada que nos encontramos nos presenta un momento típico de cualquier manga shonen: un gigantón forzudo golpea con saña al Barón Ashler, en medio del temporal de lluvia y viento y en  la oscuridad de la noche, mientras el rictus del Dr. Infierno, severo y terrible, preside el cruel momento. Hay momentos de todo tipo en cuanto a la calidad y el detalle en los planos de los personajes, unos más sencillos y estáticos en cuanto a pose y expresión y otros más trabajados, de modo que desde ese primer momento podemos distinguir el debate de estilos en lo relativo al diseño de personajes y su animación.

Para resumirlo en una sola frase: Shirato es capaz de dibujar muy bien, de delimitar con el lápiz las formas de rostros y cuerpos de manera realista ( siempre dentro de los estilos de una serie de animación como esta y de su tiempo) pero no siempre lo hace, tendiendo en otros momentos a la sencillez o la misma caricatura. Esta oscilación se da en muchos otros de los animadores de la serie, pero en porcentajes y momentos diferentes, de modo que se podría decir que si damos con el punto de oscilación, tenemos captado el estilo de éste o aquel animador. 
Narices, labios, manos, el realista dibujo de Shirato...
Veremos en Shirato formas trabajadas, sobretodo en las narices (trazadas y detalladas con carboncillo), labios ( delimitados y a veces detallados con lineas que los hacen aparecer como si estuvieran fruncidos) y manos ( en primeros planos destacados) de algunos personajes, incluso secundarios o extras, y no duda en mostrarlos aquí o allá en momentos clave y en primeros planos y planos torcidos... junto a la sencillez permanente de aquellos rostros que, sea por decisión deliberada o por falta de pericia, aparecen como más muñequiles y sencillotes.


Caricaturas y escenas cómicas de T. Shirato


Shirato puede ir de un primer plano detallado, de una escena que cuida dibujo a dibujo para dar en pantalla una impresión de movimiento realista e impactante, a las expresiones desaforadas y a los aspavientos de los monigotes cómicos. Es sabido que ambos ingredientes se usan en la técnica del manga para expresar diversos momentos de la acción, pero en este caso ambos están presentes en una proporción que los hace destacar a la vez y muchas veces en la misma escena.


Caricaturas junto a personajes más elaborados







Y se puede ver hasta en el diseño de personajes: Shirato crea dos grupos, el de los " serios", en el que incluye a Ashler e Infierno, el Dr. Yumi, Koji Kabuto y a una lista de secundarios malévolos o colaboradores del Instituto -con nombre o sin él- y a los "cómicos", en el que no es extraño encontrarse a Boss, Mucha y Nuke o a Shiro, pero en que también incluye a Sayaka Yumi o a los tres profesores. El grado de caricatura puede variar en estos últimos, que también tienen momentos "serios" aunque  sus dibujos, siempre más sencillos, les delatan como integrantes de uno de los polos en que sitúa siempre sus obras el maestro Shirato.




Detalles de narices, labios y manos del Shirato dibujante

Travellings, mini-travellings o escenas complejas.

 Junto a esa oscilación o debate de estilo, encontramos una característica o seña que distingue también a Shirato: el uso de técnicas cinematográficas que simulan realismo en el movimiento. Se trata de construir escenas en que la disposición de los dibujos y sus proporciones se sitúen de modo que imiten un movimiento dinámico de la cámara, para dar realismo y un efímero efecto de tres dimensiones al espectador.
La cosa comienza con lo que podriamos llamar escenas complejas, en las que el animador hace ensayos del efecto que quiere lograr, como pruebas de los efectos que llegará a desarrollar más adelante o en otros episodios. No es nada fácil ni es un simple movimiento de la cámara que filma los dibujos: se trata de dibujar el traslado de esa cámara, de hacer con los dibujos, en diferentes fases y poses, una imitación de lo que haría una cámara, de tratarse de una escena que filmara acción real.

He aquí una escena de su primer episodio, el 28, que ya apuntaba maneras por la simulación del movimiento de la cámara, esta vez alrededor del personaje de Ashler ( he retirado el audio a todas las escenas para facilitar la concentración en el movimiento):




Otra escena compleja o mini-travelling que se encuentran en el episodio 34: Infierno rodea a Ashler mientras le cuenta su preocupación por el proyecto de las alas de Mazinger Z. Se dibuja el efecto de que la cámara "le sigue"...
 También en el 34: se inicia un plan que culmina con el ataque contra el Instituto, también desde dentro: en una escena parecida a la del episodio 28, la cámara hace un semi giro en torno al profesor Yumí, efecto que queda también algo corto de recorrido, pero que ya permite observar las intenciones de Shirato.

En el episodio cumbre de Shirato, el 40, contamos hasta con siete escenas entre escenas complejas y travellings en toda regla, que se suceden desde el minuto 1 del episodio, hasta completar un total de ¡7! . Dibujo a dibujo, Shirato construye escenas espectaculares, dirigidas a potenciar la sensación momentánea de tercera dimensión, en su episodio más cuidado...
En un comienzo de antología, Brocken hace una teatral entrada en la "sala del trono" de Infierno. Se ha dejado el dibujo desnudo, con un único punto de luz amarilla, dejando ver los trazos del carboncillo en todas las fases del movimiento. La escena se remata con una simulación de travelling en grúa que eleva el punto de vista a las alturas...

Una escena compleja que, en un primer momento podría parecer una más, ya que la cámara no gira en redondo. De todas formas, el alejamiento súbito de la escalera y el gesto de Ashler contra el muro buscan un efecto de realismo a destacar...


Otro travelling, esta vez en un semi-giro, que sucede en el cara a cara de un compungido Ashler cuando se queda solo frente a su señor. Había que destacar este momento de cambio en la escala del poder en el imperio de Infierno y en la serie... y suavizar sus consecuencias.








Otro semi-giro estaría destinado a agilizar la lucha robótica en el primer encontronazo con Grayder F3. Mazinger Z dispara sus rayos de foto-visión y el monstruo mecánico reacciona desacoplando su cabeza, momento en que se produce ese giro simulado de la cámara:



Terminada la primera batalla, Yumi considera que Mazinger debe regresar para estudiar la situación. El coloso volante gira para iniciar el descenso y vemos girar frente al espectador la cabina de Koji. es un breve movimiento, pero logra lo suficiente el objetivo del efecto que persigue:

Y llega el momento más espectacular por ser el más visible: la cámara, como si estuviera de nuevo en una grúa fictícia, se desplaza en altura sobre la cabina de Koji en Mazinger, hasta situarse a la espalda del piloto. Unido a la belleza del dibujo de este segundo enfrentamiento con su enemigo en el parque de atracciones, este efecto es otro de mejores en el episodio cumbre de Shirato:

Aún quedaría un efecto más, en el momento final y clave de la batalla: esta vez el semi-giro es necesario para que Mazinger derrote a Greyder, clavando una de las alas del Scrander en la aguerrida cabeza del monstruo, antes de librarse de ella para siempre. Por ser el momento más álgido de la lucha, el efecto logra la espectacularidad debida al resolver de forma convincente en pantalla el movimiento de  maniobra de Koji con su volante Mazinger, dentro de las limitaciones de la animación de los setenta:

Reencontramos uno de estos movimientos aéreos, en esa simulación de grúa sobre la cabeza del robot luchador, durante el siguiente episodio asignado, el 46, cuando uno de los hermanos Blazas salta sobre la cabina del planeador o hover pilder y golpea el cristal que protege al piloto:

El momento final de este efecto de semi-giro o travelling corto, llega con el penúltimo episodio que dirige en la animación Shirato, el 74. Seguramente, esta habilidad no había pasado desapercibida al equipo de TOEI, que contó con él en la película Mazinger Z contra Devilman ( Majinga Z tai Deviruman, 1973) para utilizarla en la escena en que se sobrevuela el monte Fuji, en las vistas del mismo que hay al final del mediometraje. Una escena parecida a la que después se usaría en ese episodio, cuando Afrodita A escala y se encuentra con su ejecutor  volante saliendo del cráter: el monstruo Harpia Π7.



El recurso del travelling, que no usó solamente Shirato, fue en su caso, y en cada nueva ocasión, un poco más conseguido, en aras a ese movimiento realista que persigue conseguir. Desde las primeras escenas complejas a los giros -aéreos o no- que resaltan momentos álgidos de la acción, la voluntad de realismo no se quedó en Shirato en los detalles de ciertos personajes o de sus poses en pantalla. Él va un paso más allá con estas operaciones complejas, que unas veces logra y otras no tanto, aunque siempre se le adivine la intención...y se le agradezca.

Del estatismo robótico y la humanización.

Otra seña del protagonista de este artículo es la siguiente: Shirato sabe dibujar sobre todo personajes humanos, y no solo me refiero a sus formas (aunque se le resista el dibujo de las orejas) sino también a su movimiento. Humanos o híbridos, monstruos o animales... pero siempre seres vivos.
Cuando la dirección de la serie le encargó episodios, Shirato debió encontrarse frente a un relativo problema: su técnica de dibujo y animación se limitaba o era más hábil en cuanto a esos seres vivos, no incluía inanimados humanoides... pero mira por dónde la serie iba de robots.
El resto de animadores tenían el mismo "problema" (pues no era muy grande la tradición de series de robots),  y cada uno lo enfrentó y resolvió con mayor o menor maestría y recursos 
(aquí se podría hablar de las escenas geniales de Nakamura o Asakura -entre otros- frente a momentos como el de esa escena en que Mazinger parece "estirar" el cuello, como si fuera elástico, que aparece a veces en la serie)...
Estatismo de la batalla final del episodio 28

En el caso de nuestro hombre, la cosa parece haber discurrido por una adaptación limitada en sus storyboards: si nos fijamos, las escenas de lucha robótica se limitan al mínimo indispensable (la acción es retardada) y cuándo no, éstas resultan un tanto estáticas en cuanto al movimientos de los contendientes mecánicos. Shirato procura dar más protagonismo a los personajes humanos y la mayor parte de la acción se centra en ellos. Ahora bien, la lucha épica de los colosos no es algo evitable, claro está, y él lo resuelve con varios recursos, aparte de la nombrada limitación de las escenas. En un primer momento, en el episodio 28, recurre a las escenas cortas tomadas de otros animadores que llamo "préstamos" en mi libro. Pero el estatismo y las poses apenas desarrolladas aparecen, sobretodo por lo que respecta a Mazinger Z.


Estatismo de la batalla inicial del episodio 34



Plano-redención: un Genocider dinámico
 Otro recurso consiste en presentar siempre a robots voladores como los contendientes del robot luchador: la animación cibernética que tanto le cuesta se nota menos con robots en vuelo: Hogas D5 es más dinámico y creíble en vuelo que en tierra, donde es más visible esta limitación del arte de Shirato. El diseño de aeroplano de Genocider F9 le permite disimular esa falta de perícia, pero, en justicia, he de señalar aquí que el "pecado" de Shirato empieza a auto-redimirse: encontramos escenas, algunas en las que el movimiento del F9, sobre todo cuando lanza sus deslocalizados brazos contra la barrera electromagnética del Instituto Fotoatómico, resulta dinámico y conseguido.
Shirato lo logra: el movimiento de Greyder F3
Con el también volante Grader o Greyder F3 del episodio cumbre de Shirato, este se redime por fin, gracias a los recursos del travelling a un astuto diseño del movimiento en vuelo. El autor en imágenes de que nuestro Mazinger volara por primera vez con su recién estrenado Scrander, logra también imprimir mayor gracia  a su vuelo, aunque en ocasiones se le escape ese movimiento más propio de los humanos, en algunas poses y desplazamientos.

El caso del episodio 46 es muy especial. Se diría de este episodio que está especialmente asignado a las habilidades (y limitaciones) de Shirato: casí toda la acción del drama del niño abandonado se centra en los personajes humanos, caricaturescos o no ( la lucha entre robots aparece más allá de la mitad del episodio) y los brutos mecánicos son, no solo de tamaño mucho más cercano al humano, sino de movimientos totalmente humanizados, como ninjas que son por muy mecánicos que sean, hasta el punto de tener expresiones humanas hasta lo cómico.

Este "problema" de Shirato se resuelve poco a poco a través de todos los recursos descritos, y alguno más. Pero, de todas formas, nos encontramos con un Mazinger en carrera cuyos movimientos son más propios de un corredor en marcha atlética que de un robot :


La búsqueda de recursos para superarlo le lleva a realizar escenas, logradas, efectistas e impactantes, como enfocar al coloso desde abajo y hacerle correr en plano ascendente hasta la cintura, el su mejor episodio, el 40 :

 
En los restantes episodios se recurre a los robots voladores o a escenas más cortas cuando se desarrollan en tierra, pero no podemos dejar de percibir cadencias humanas en los robots de Shirato. 
Están aquí y allá, en múltiples detalles y si afinamos la visión de esos detalles, podemos percibir como tienden a "ser humanos", como en un fotograma donde vemos que el pie de Mazinger Z ¡se pliega!.. como si de un pie humano gigante se tratase.




Esa característica-problema de la humanización de los robots y su movimiento se redimió en parte -a veces en buena parte- en los episodios más grandes del director de animación, pero este esfuerzo se relajó en la parte final de su intervención en Mazinger Z, los episodios 74 y 79, de modo que, por ejemplo, podemos encontrar a una Diana A moviéndose con esa cadencia tan humana, ya sin complejos...

Lo humano en esos robots se traduce ya desde la apariencia de los ingenios mecánicos, cuyo rostro se dibuja siempre en forma de máscara con expresión malévola, del primero al último. Hasta ese punto llegó la cuestión, que, lejos de ser grave pasó a integrarse y a ser uno de los ingredientes de la serie, siempre debatiéndose entre lo robótico y lo humano, el mal y el bien, el dios o el demonio, dualidad que le da nombre a Mazinger, y la identificación entre humano y máquina de Koji y su robot.


Las máscaras malévolas de los monstruos mecánicos que dibujó  Takeshi Shirato








Detalles especiales.
 


En el conjunto de señas que acaban el retrato del trabajo de Takeshi Shirato en Mazinger Z, puedo nombrar algunas que no por ser menores, dejan de describir las señas de su arte. El guión de Hiroichi Fuse, que no era un guionista de los principales en la serie, define esa primera escena del debut de Shirato en la serie. La introducción de personajes secundarios carismáticos va a ser desde ese momento una seña más del animador, que puede pasar algo desapercibida, pero que define cierta realización de los episodios.









 
Desde el verdugo y el enano Demon, esclavos del Dr. Infierno,a una versión más trabajada, oscura e inquietante del espía Riko que la que realizó en el episodio precedente Eiji Uemura (la escena de apertura de la barrera, cuando el infiltrado de Ashler quema a los trabajadores del Instituto es de antología en la serie), pasando por detallados dibujos de secundarios, a los que, paradójicamente comparado con otros animadores, Shirato no caricaturiza.






 
El bebé abandonado y la madre suicida completan bien ese elenco de personajes, humanos o ciborgs, pero siempre humanoides. El grado de interés drámatico y la intriga que generan en sus respectivos episodios parten de la realización de Shirato y a él se deben en la forma en que están montados, debido a todo lo explicado más arriba.






El extraño caso de Afrodita A-. Hay otra limitación en el arte de nuestro artista : la dificultad
con que dibuja al robot femenino del Instituto. Es verdad que nos la encontramos en el primer episodio que realiza, pero en escenas en dónde se la ve estática y poco detallada, junto a un no menos estático Mazinger Z. No vuelve a aparecer en ninguno de los episodios asignados a Shirato. En ninguno menos en aquel en que aparece por última vez, para acabar siendo destruida. Es curioso este caso de la relación entre Shirato y la animación del bello robot. Todo parece indicar que simplemente tuvo suerte y no se le asignaron episodios en los que tuviera que enfrentarse a esa tarea, ya que de ser algo deliberado, no hubiera caído en sus manos la tarea de realizar la última animación del robot de Sayaka.
En ese último acto de presencia del robot femenino en la serie, aparece dibujada de una forma extraña, con rasgos algo distintos a los que encontramos en el resto de los episodios, ¡y mira que pasó por las manos de muchos animadores!...Los "ojos" de la robot se "entornan", se empequeñecen y alargan; los colores de las articulaciones difieren; los salientes de la cabeza se dibujan de forma irregular y se mueve de una forma rara...Apenas reconocemos en estas escenas a la Afrodita de tantos episodios, que pierde la estilización de sus formas. Podría deberse en algo este extraño caso al estilo general de esta última fase la serie, que ya sabemos las pérdidas en dibujo y animación que acusa, o deberse a que los dos últimos episodios tengan una mayor participación del equipo de Shirato y no de él mismo, ocupado quizás en las tareas de Gran Mazinger. De todos modos, ni Afrodita A ni su piloto son la especialidad de Shirato, ni lo mejor en su diseño de personajes.
En el episodio final, el movimiento de la nueva robot femenina sustituta, Diana A, es indisimuladamente humano, abandonado ya el animador o su equipo a sus limitaciones.







El Mazinger Z de Takeshi Shirato
  
Los episodios animados por Takeshi Shirato y su equipo forman un conjunto imprescindible y muy importante dentro de la serie. El diseño de Mazinger que realiza es remolón para salir a escena, cuando tarda en salir en el episodio. Es algo estático en sus inicios. Es  demasiado humano a veces...

Shirato dibuja uno de los personajes de Yamato

Pero resulta una de las interpretaciones más interesantes y más bonitas para los aficionados de todos los tiempos. Resultaba igualmente imprescindible reivindicar su obra y todo su arte dentro del anime japonés que hoy llamamos clásico.
Si bien su nombre, como el de todos aquellos animadores de TOEI y de otras productoras, tiende a ser poco conocido y/o a ser olvidado, siempre quedarán sus fantásticas escenas, atravesando el tiempo y pasando de formato a formato. Mazinger Z estrenando su Jet Scrander, Genocider F9 destruyendo el Instituto Fotoatómico; la primera batalla del Conde Brocken, Greyder F3 aterrizando frente a los amigos de Koji  o los hermanos Blazas deslizándose como atletas en la piscina del coloso mecánico...

 Desde este humilde blog, Takeshi Shirato pasa desde ahora a formar grupo, que pasa a ser el de los "seis grandes" animadores que dieron vida a Mazinger Z. 

PRÓXIMAMENTE: INSPIRACIÓN MAZINGER. EL FAN ART


Penúltimos pósters de la serie "La serie en TVE":